Recién salido de prisión, Lorenzo Brown vuelve a su viejo barrio en Washington. Su trabajo en la Sociedad Protectora de Animales le lleva a recorrer las calles buscando perros maltratados, mal alimentados, sucios e incluso entrenados para matar. Decidido a no recaer en conductas delictivas, cumple orgullosamente con su labor y evita el dinero fácil que podría ganar a través de sus viejos amigos Johnson y Taylor, convertidos en los amos de la droga. Rachel Lopez también adora y hace bien su trabajo, ayudando a los presidiarios que salen de la cárcel, como Brown. Pero por las noches frecuenta los bares, donde la bebida y el sexo constituyen una válvula de escape. El problema es que ahora Lorenzo necesita realmente la ayuda de Rachel. Una especie de lucha territorial entre Taylor y Johnson amenaza las calles; y esta guerra precipita lo inevitable.