En 2012, el gobierno de Corea del Norte celebró con grandes fastos el centenario del fallecido dictador Kim Il-sung, padre del régimen que controla el país desde 1948. En esta ocasión excepcional, un grupo de turistas occidentales obtuvo permiso para viajar durante dos semanas en un script que incluía la capital, Pyongyang, y muchos lugares poco visitados por los extranjeros. La posibilidad de conocer la vida cotidiana de Corea del Norte estimuló una vieja curiosidad del escritor portugués José Luís Peixoto. Radicalmente opuesto a cualquier gobierno dictatorial, el autor, sin embargo, se embarcó en una gira –llamada pomposamente The Kim-Il-sung 100th Birthday Ultimate Mega Tour–, para ver y sentir de cerca ese país aislado de la vida internacional por su insistencia en las armas