Esta obra presenta el radiante surgimiento y el tortuoso desarrollo de un amor sublime. Sin embargo, este amor no surge en el Renacimiento de Petrarca sino en los tiempos actuales, y en un individuo de los tiempos actuales. Como consecuencia de esto, el protagonista enfrenta las grandes contradicciones que existen entre la naturaleza propiamente espiritual de su pasión amorosa, a veces desbordada, su angustia e intereses de hombre moderno y la incertidumbre por su lugar como artista.