Todo empezó en 1937, cuando Durango quedó completamente arrasada por los bombardeos de la legión italiana. Sus calles se llenaron de sangre y del fuego nacieron monstruos. Hasta principios de los noventa la ciudad vivió una relativa calma. Fue entonces cuando uno de aquellos monstruos, armado con un hacha, sembró de cadáveres mutilados la Casa Velasco. Corrieron ríos de tinta sobre el suceso, pero nada se pudo demostrar acerca de la más que cuestionable versión oficial de los hechos. En la actualidad, Ezequiel tiene la oportunidad de desmentir esa versión y mostrar la oscura realidad tras los asesinatos. Para lograrlo deberá sumergirse en un mundo terrible del que no saldrá indemne. Te adentras en esta novela con miedo; el que te producen la imagen de la portada y el título. Nada más pasar la primera página te topas con una impactante ilustración a todo color a modo de advertencia: te vas a adentrar en un mundo oscuro y peligroso. Al volver cualquiera de las páginas te puedes topar con la muerte. Pero esta no es solo una novela de terror. Hay seres sobrenaturales, como ya avanza el título, pero si eliminamos la figura del diablo nos encontramos con una gran novela negra, escrita con ese estilo diferente que caracteriza al autor. “Cuando el diablo se aburre” plantea un interesante dilema: ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para lograr el éxito? ¿Hay algún límite infranqueable? Ezequiel os irá respondiendo según avance la investigación para su libro. Ignacio Cid te embarca en un baño de sangre que quizá os recuerde a un caso muy mediático que tuvo en vilo a todo el país a principios de los noventa. Este no es un libro sobre aquel terrible suceso, sino un homenaje a la memoria de esas tres jóvenes. Una trama intrincada con diferentes lecturas enmarcada en una lujosa edición de Dilatando Mentes. El oscurantismo de las ilustraciones matiza el color de la sangre que, según avance la novela, irá tiñendo las páginas. (Ana García, 22 de octubre de 2018).
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