"Mis amigos y yo crecimos en una ciudad acostumbrada al sonido de las bombas, a los cortes de luz y a los toques de queda. Crecimos en medio de una guerra sin saberlo, ocupados en aprobar matemáticas, sonreírle a las abuelas y, más adelante, conseguir chicas bonitas y bien dispuestas. No siempre las conseguíamos (más bien nunca) pero supongo que, después de todo, muchos tuvimos una infancia más o menos normal. Si todos los protagonistas de estos cuentos tuviesen el mismo nombre, ésta podría ser una novela sobre la vida de un chico entre los seis y los veinte años. Pero no se llaman igual ni viven las mismas cosas. Son mis viejos amigos jóvenes, y éste es el libro sobre las historias que compartimos. He preferido cambiar sus nombres para que no se enojen conmigo. Pero creo que no se enojarán. Quizá hasta lo lean con una sonrisa tenue, como el parpadeo de la tele después de un apagón.” Santiago Roncagliolo