Libro compuesto de 12 relatos, sin ninguna interconexión. Pero si poseen algunas características comunes, además del estilo narrativo.
La escritura de Carver es sencilla (no simple), directa, sin adornos y refleja lo cotidiano de la vida, con un toque pesimista y triste. Es un estilo “desnudo”, pero exacta y precisa en la descripción de situaciones y personajes.
La cotidianidad que tiene como base los cuentos, no confundirla con situaciones corrientes y vulgares, tienen su punto peculiar sin llegar a ser hechos extraordinarios. Es la realidad vista por protagonistas comunes y corrientes donde es fácil identificarse o ver nuestro entorno. Es una búsqueda del significado de la vida; la identidad y su situación social y afectiva; o las relaciones familiares, de amistad o la sensación de soledad.
Proliferan las crisis de pareja donde el hombre está subordinado por la mujer. Hay una comunicación difícil y tensa, que acaban en la incomprensión y rutina. Las personas que pululan son “normales”, de clase baja, sin empleo o alcohólicos como el propio autor. Las conclusiones de los cuentos son abiertas, donde interviene el lector con sus reflexiones sobre lo que ha leído o lo que puede acontecer después del final.
No todos los relatos me han gustado, pero si tienen todos algo atrayente, y la mayoría son magníficos. Destacaré: “Parece una tontería”, “Catedral”, “Fiebre”, “Vitaminas”.
hace 12 años
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