«El dolor es inevitable, el sufrimiento es una opción». Buda. Este lema resumiría el mundo interior de Gema pues lo hizo su modo de vida desde que tuvo consciencia, sin siquiera conocer quién era Buda o el significado de sus palabras. Porque no nos engañemos, la vida duele... duele... y a veces lo hace de forma extrema. Gema conoció ese dolor demasiado joven, siendo apenas una niña, quizás por este motivo aún conservaba la visión que solo la pureza e inocencia de la niñez pueden aportar, lo que le permitió crear su propio mundo, el mundo que ella era y no el que le querían mostrar. Ahora Gema tiene 37 años y se enfrenta a uno de los fantasmas más aterradores que existen, al miedo, al miedo a que algo inesperado la separe de su hija de tan solo dos años. Esta irreal, incapacitante e inevitable emoción impulsará a esta joven madre a contarle a su hija su historia transmitiéndole un legado extraordinario, sarcástico y emocionante que siempre las mantendrá unidas... «Porque existen vínculos que jamás se pueden romper». Un impactante relato de superación y resiliencia en el que la realidad superará la ficción haciéndonos vibrar. Una historia en la que será revelado un incómodo y surrealista secreto que llevará a Ágata a conocer quién fue realmente su madre y con el que la ayudará a descubrir una verdad... que el mundo en el que vivimos no es tal y como nos lo cuentan...