Manu Erena se consolida como la voz poética de toda una generación. Con la belleza y la sensibilidad que ha conquistado a sus miles de lectores, en este libro nos habla de todo lo que solemos callar, de los temores -esos que llegan en la adolescencia y no nos abandonan nunca- y de lo importante que es contar en la vida con personas que nos ayudan a plantar cara al miedo y son refugio para seguir adelante.