A través de estas páginas de fútbol Soriano reinventa su infancia y adolescencia, retrata a jugadores emblemáticos "Obdulio Varela, Lazzati, los fundadores de San Lorenzo", pone a sus personajes en las encrucijadas de la gloria o el fracaso y narra partidos alucinantes jugados en la Patagonia, o en la Europa de la Segunda Guerra, o en el Congo, con Perón como árbitro. La épica y el humor, tan fundamentales en su estilo, son dos constantes de estas narraciones en las que, a partir de las fantasías que el fútbol puede poner en juego, Soriano también habla de la supervivencia, de la valoración de los otros y de las capacidades, ambiciones, valentías y miserias del hombre.