Se oculta; no puedes verlo, pero siempre está ahí, observándote, vigilándote, espiando todo lo que haces y dices. No es un vampiro, pero se alimenta de ti, depende de ti, por eso se esconde y te utiliza. Y, entre tanto, crece y crece sin parar, como un parásito. La estrategia de los parásitos consis...