Aunque parezca gozar de más predicamento que nunca, yo creo que Ibáñez ha perdido mucho. A mí, que leía y gozaba a Mortadelo y Filemón de pequeño, las procacidades y burradas de ahora me parecen fuera de lugar por completo. Desde luego, a mí no me gusta ver a mi hijo leerlo.
hace 16 años
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