Manuel Cortés reflexiona sobre la lucha cotidiana en ‘Siete paraguas al sol’

Manuel Cortés Blanco reflexiona sobre la lucha cotidiana contra los grandes y los pequeños males en su nueva novela, Siete paraguas al sol (Ediciones Irreverentes), en la que invita al lector a viajar por siete ciudades para sumergirse en siete historias y convertirlas en la suya propia.

«Que llueva no depende de ti, porque lo que te pasa no lo puedes controlar, pero que lleves paraguas sí», ha señalado el escritor este lunes, durante la presentación de este libro. Por ello, en las tramas que tejen esta historia se esconde una filosofía vital para Cortés: la visión positiva ante las cosas que ocurren en la vida.

En esta historia, el padre de siete hermanas desaparece y nadie sabe por qué. Él es el campanero de un municipio pequeño de Castilla, «donde todas las frases comienzan por un no». Cada día de su vida ha contado un cuento a cada una de ellas, por lo que se han acostumbrado a que sean las historias las que marquen su ritmo de vida.

La primera de las hermanas de esta trama se convierte en escritora, así que el autor de Siete paraguas al sol se sirve del relato para proponer al lector un viaje interior ante realidades que nos podrían pasar a cualquiera: el odio interétnico, un conflicto bélico o una situación de injusticia.

Siete ciudades y siete vidas vertebran esta novela y en ellas se advierte la experiencia de su autor, médico y psicólogo de profesión, cuya actividad le ha llevado a vivir misiones humanitarias en varios puntos del planeta. El primer destino es Madrid, una localidad que acogió a Cortés durante diez años y que simboliza el éxodo a la ciudad, una experiencia que también vivieron sus padres.

Frankfurt se convierte en el símbolo de la emigración de los años 70 a Alemania, aquella que les tocó vivir a los españoles y que el escritor conoció a través del relato de tres de sus tíos. A esta ciudad le sucede Buenos Aires, donde una de las protagonistas ayuda a otra mujer a buscar a su padre desaparecido.

«LAS DOLENCIAS DE LA VIDA MODERNA»

Kigali (Ruanda) es el escenario de otro de los capítulos de esta novela. Aunque el autor nunca ha estado allí, sí ha estado en Benin, donde observó problemas entre las diferentes etnias. «Invito al lector a observar el drama que se vivió en este país en los años 90 y soy crítico con la dejadez internacional», explica.

En contraste con el continente africano, Cortés viaja a Nueva York para retratar las «dolencias de la vida moderna». Para ello, se sirve del periodismo, como una profesión donde las prisas y la falta de tiempo «más se materializan». «Hago una crítica frente a esas situaciones a través de una periodista, a quien le desbordan las noticias», señala.

Otro de los grandes males, la guerra, aparece representado en Bagdag, y se trata del relato con el que el autor más se identifica, según ha indicado. «Desde mi condición de médico, he trabajado en catástrofes, en situaciones bélicas, y mucho de mí está en la protagonista de este capítulo».

Por último, el séptimo de los destinos a los que Cortés llevará al lector es ese pequeño pueblo castellano ficticio en el que arranca la novela, que «representa la soledad, y a las personas que no se atreven a dar un paso nunca y que no dejan de mirarse al ombligo».

Con esta novela, Manuel Cortés Blanco (Zaragoza, 1965) fue ganador del VI Premio Nacional de Novela Ciudad Ducal de Loeches. Se trata, además, del cuarto relato que publica, tras El amor azul marino(Premio Literario Amares), Cartas para un país sin magia y Mi planeta de chocolate.

MADRID, 7 May. (EUROPA PRESS)

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