«El demonio nos llevó a la cuna equivocada». Con esta frase que en ocasiones le espetaba su madre adoptiva, la escritora inglesa Jeanette Winterson, considerada la Virginia Wolf contemporánea, comienza «¿Por qué ser feliz cuando se puede ser normal«? su libro autobiográfico que se publica en España.
Jeanettte Winterson (Manchester, 1959) es una de las voces más prestigiosas de la literatura anglosajona. Sus novelas y adaptaciones a la pantalla le han valido numerosos premios, como el Whitbread Award del Reino Unido o el Prix d’Argent del Festival de cine de Cannes, y en España la editorial Lumen le ha dedicado la Biblioteca Jeanette Winterson.
Ahora, y como colofón de esta biblioteca, se publica el último libro de la autora, avalado por el éxito en su país: «¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?», la historia de su vida, de una niña adoptada en Manchester (Inglaterra) por una pareja de evangélicos pentecostales con pocos recursos económicos pero con muchos dogmas y prejuicios.
La escritora, que ya publicó cuando apenas tenía 24 años «Fruta prohibida», muy autobiográfica y adaptada en capítulos para la cadena televisiva BBC, escribe ahora un texto descarnado sobre su propio origen y existencia, un libro cargado de dolor, belleza y poesía que hace bueno el dicho de que podemos moldear como barro algo de nuestro propio destino.
Y todo gracias a la lucha -«a puño descubierto»-, el empeño y el ahínco personal por cambiar su destino con la ayuda de los libros y la lectura.
Jeanette Winterson nació en Manchester en 1959 y a los pocos meses fue adoptada. Destinada a ser una profesional de la Biblia y a evangelizar el mundo, Jeanette se enamora a los 16 años de una mujer y se lo dice a su madre (amargada, obsesionada con la religión y con un revólver guardado en un cajón), que le dice: «¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?».
Y de esa frase nace este libro, por el que también pasa la historia de Manchester, en el sur de Inglaterra, la primera urbe industrial del mundo, donde estuvieron Marx y Engels y base de la novela «Tiempos difíciles», de Charles Dickens, como escribe la autora en un capítulo que titula «Mi consejo para todos: vale la pena vivir».
Aquí también Winterson reflexiona sobre cómo la han influido la ciudad, la comunidad, la sociedad, la clase trabajadora y Margaret Thatcher…y su frase de los ochenta:…»No existe eso llamado sociedad…».
«El norte obrero de Inglaterra era un mundo de una brutalidad rutinaria», escribe la autora. Los hombres pegaban a las mujeres, a los niños se les abofeteaba casi todos los días, o los niños se peleaban todo el tiempo»; afirmaciones que le hacen pensar a Winterson acerca de su propia violencia.
Pero la autora también cuenta cómo su madre quemó los libros que guardaba bajo su pequeña cama; novelas que escondía debajo del colchón hasta que «comenzaron a ganar altura de forma ostensible, como en el cuento de ‘La princesa y el guisante’, de modo que no tardaría en dormir más cerca del techo que del suelo».
La castigaban durmiendo fuera de la casa o en la carbonera. Sufrió, pero deseaba por encima de todo amar. Se fue de casa a los 16 años por haber roto una regla, enamorase de una persona de su mismo sexo; trabajó en todo para abrirse camino en la vida y estudiar en la universidad de Oxford, que era su determinación. Lo hizo y a los 24 años publicó su primer libro.
Jeanette Winterson después encontró a su madre biológica, se reconcilió con su padre y con su madre adoptiva, la severa mujer que consideraba que la vida era un valle de lágrimas, que se avergonzaba de que su hija escribiera sus libros con su nombre y apellido pero que al final supo sentirse orgullosa de ella, y que nunca hizo el amor con su marido.
Una historia dura y estremecedora que concluye así «Amor. La palabra difícil. Donde todo empieza, adonde siempre volvemos. Amor. Falta de amor. La posibilidad del amor».-
Madrid, 18 ene (Carmen Sigüenza / EFE)