Elsa Osorio rescata del olvido a «la Capitana», una argentina en la Guerra Civil española

La escritora Elsa Osorio rescata del olvido la vida de Micaela Feldman Etchébehère con su novela La Capitana (Siruela), la única mujer que estuvo al mando de una columna española durante la Guerra Civil Española y que recorrió con su compromiso ideológico los momentos más importantes de Europa en el siglo XX.

Mujer, judía, argentina y comunista, aunque poco dogmática y alejada de los principios del Partido Comunista. La vida de Mika (Moisés Ville, provincia de Santa Fe (Argentina), 1902 – París, 1992), como se la conocía, posee muchas características para que su aventura revolucionaria haya caído en el olvido de la Historia.

Ahora, que se cumplen 20 años desde su fallecimiento, Osorio une ficción y realidad para contar la vida de una «persona libre que intentaba cambiar el mundo», a quien su carisma le bastó para liderar una columna del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) durante el conflicto español, según ha explicado este jueves la autora en declaraciones a Europa Press.

Fue amiga de Julio Cortázar y André Breton, estudió Odontología en la Universidad de Buenos Aires y Arte en la Sorbona de París, un bagaje intelectual que se une a su compromiso ideológico con la revolución. Sus convicciones le llevan a integrarse en el Partido Comunista con su compañero, Hipólito Etchebéhère, aunque ambos son expulsados pocos años después por su desacuerdo con la organización.

Aunque ligada a una revolución obrera en la que creía firmemente, Feldman nunca fue encasillada con ningún partido, uno de los motivos por los que, según explica Osorio, es posible que su legado nunca haya sido reivindicado por ningún partido político.

«HOMBRES Y MUJERES, DE IGUAL A IGUAL»

«En 1931, cuando se dio cuenta de que en América no había organizaciones obreras suficientes para llevar el gran cambio, decide ir a Europa», cuenta la escritora. Para ella, «su revolución era la de todos» y también su única obsesión, algo «difícil de comprender hoy en día». «Me asombra que un perfil así sea tan poco conocido», insiste.

En España consiguió liderar una columna del POUM gracias a su personalidad, de la que Osorio destaca una característica: «Sabía tomar decisiones». Para introducirse, Feldman comenzó a «dar de comer caliente y preocuparse por que todos estuviesen abrigados». Después, día a día, «va tomando mayor poder y capacidad de determinación, hasta que son los propios milicianos quienes la eligen», indica.

En su ficción de la realidad, Osorio pone en boca de Feldman estas palabras: «Estamos luchando por la revolución todos juntos, hombres y mujeres, de igual a igual, nadie debe olvidarlo». «Qué hacer con ella» y cómo obedecerle» eran dos pensamientos constantes en la mente de los milicianos, quienes a pesar de revolucionarios eran machistas, por lo que todo lo que saben de la mujer «se les da la vuelta con ella», cuenta Osorio.

Aunque supo manejar «bien» esta situación, a la autora de La Capitana no le cabe duda de que «le resultó bastante difícil», porque «lo hizo desde su condición de mujer» y con tres cometidos: sostener, alimentar y alentar. Además, destaca que fue una mujer «muy influyente», lo que convirtió a su columna en «temeraria» con el único objetivo de «ir para delante».

Años después de su experiencia en la Guerra Civil, Feldman escribió el libro Mi guerra de España, un testimonio que tiene más resultados en internet que su propia existencia, cuyo recorrido la llevó hasta Alemania, de donde huyó a Argentina por su condición de judía. Desde 1946 hasta su muerte vivió en París, ciudad en la que, incansable, participó en todos los acontecimientos políticos, como el mayo del 68, para continuar su revolución.

MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS)

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