El cómic «Viva la vida», un canto de esperanza para Ciudad Juárez

Madrid, 15 ago (EFE / Julio Soria)

Por mucho que el refrán asegure lo contrario, la espada es más fuerte que la pluma, pero mientras una sólo provoca dolor, la otra es capaz de despertar sueños de esperanza. Bajo esta premisa llega a las estanterías «Viva la vida«, un cómic sobre esa Ciudad Juárez que no sale en los periódicos.

«En esta ciudad mexicana viven un millón y medio de personas, y no todas son traficantes; hay gente que vive y trabaja, niños que van a la escuela, incluso hay personas que mueren de forma natural. Ese era el mensaje que queríamos transmitir», explica Edmond Baudoin, autor del libro junto a Jean-Marc Troubet «Troubs».

«Vamos a dondequiera que los hombres tratan de cumplir sus sueños. Viajamos mucho por todo el mundo, y la cuestión fronteriza es algo que siempre nos había atraído. Además, siempre recuerdo esa frase de Roberto Bolaño: ‘Ciudad Juárez es la frontera de las fronteras'», relata Baudoin (Niza, Francia, 1942) en una entrevista con Efe.

La idea consistía en viajar hasta la urbe azteca para proponer un cambio a sus habitantes: sueños por dibujos. «Estuvimos en los meses de octubre y noviembre de 2010. La gente nos contaba sus grandes anhelos y nosotros, a cambio, les hacíamos un retrato», señala el dibujante.

La pregunta es: ¿se puede soñar en circunstancias tan adversas? «Yo creo que los hombres no dejaron de soñar ni en los campos de exterminio. Sin embargo, la situación actual de los países me da mala espina; hay algo en el mundo consumista que puede llegar a monopolizarlo todo y a matar los sueños», asegura Baudoin.

«En Ciudad Juárez escuchamos los mismos sueños que en Madrid o París. Todas las personas del mundo desean lo mismo: un futuro mejor para sus hijos, no perder el puesto de trabajo… Cosas simples. Excepto los niños, nadie sueña con ir a la Luna. El hombre, por lo general, solo aspira a morir siendo mejor que cuando nació», opina.

La intimidad y la emoción se palpan en las viñetas de ambos dibujantes, que recorrían la ciudad durante el día y, cuando caía la noche, se refugiaban en el hotel para plasmar sus vivencias. «A menudo se trataba de encuentros muy emotivos», expone Baudoin.

«Normalmente, los extranjeros que llegan a esta ciudad lo hacen para investigar los asesinatos, la muerte. Nosotros investigábamos la vida, y eso era algo nuevo para ellos, como la llegada anticipada de la primavera», añade el autor, que todavía no ha podido olvidar las palabras de un niño de once años: «Me dijo que quería ‘llegar a ser viejo’. Fue algo realmente emotivo».

Las muertes en Ciudad Juárez no distinguen sexos, pero sí tienen macabras preferencias, y miles de mujeres han sido asesinadas en esta urbe durante los últimos años. Se ha elucubrado mucho al respecto (mafias, rituales de corte satánico…), pero Baudoin tiene una explicación mucho más plausible.

«Las mujeres están muriendo a causa de la otra frontera, la que todavía existe entre ellas y los hombres. Las jóvenes que trabajan en las ‘maquiladoras’ (fábricas estadounidenses en territorio mexicano) están haciendo una gran labor por la liberación de la mujer suramericana», proclama Baudoin.

«Las abuelas o las madres no se atrevieron a dar este paso, salir de la aldea y dejar a la familia para ir a trabajar en una fábrica. A menudo viven solas, y una mujer sola en Ciudad Juárez da malas ideas a ciertas personas que siguen ancladas en el pasado. Además, el asesinato de una mujer puede ser el examen de ingreso a una pandilla; es terrible que sucedan cosas así», confirma.

Con una enorme capacidad productiva, Baudoin ha publicado dos libros en España de forma casi consecutiva, ya que al lanzamiento de «Viva la vida» se acaba de sumar «El vendedor de estropajos», una obra guionizada por la historiadora, arqueóloga y escritora Fred Vargas (Frédérique Audoin-Rouzeau).

El tebeo plasma un retrato de Pi, vagabundo que resulta ser el único testigo de un intento de asesinato. A través de las preguntas del comisario Adamsberg, el lector podrá conocer la triste existencia del protagonista, un hombre cuyo cuerpo acumula muchas cicatrices.

Julio Soria

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