Me llamo Fernando Ortiz y nací en Sevilla en 1947. He publicado seis libros de poemas. Con estas Moneditas tuve la humorada de componer el séptimo. Ya es contumacia. La verdad es que no pude resistir la tentación. Al abrir un antiguo baúl en el desván de la casa de mi abuelo -notario que fue en Cabra, pueblo de don Juan Valera con quien mantuvo tertulia vespertina de naipes-, encontré un sable herrumbroso procedente de esa Cuba que pervive en el aroma de los Montecristos, en la música de anticuados danzones y en la suavidad salvaje del legítimo ron. Encontré un inservible, inútil catalejo, un broche de la abuela... Y allí, entre rasos y ropas de rayadillo, estaban estas Moneditas. Fuera de curso ya, pero que me dañaban de melancolía y al saltar en mis manos hacían que mi corazón saltara con ellas. Aquí, en fin, las pongo en manos del lector, pues quizá así encuentren a alguien que llegue a apreciarlas como yo.