¿Puede existir algo más suculento que un ratón en lata? Es lo que el señor Gato pretende vender en su tienda de alimentación. Para ello cuenta con una cajera y un ayudante muy eficaces: la publicidad funciona y la lista de pedidos de los clientes crece por momentos... Un excelente negocio, según su dueño. Pero, claro, los ratones no serán de la misma opinión.