Junto a otros del mismo contexto histórico y similar contenido (por ejemplo, Suite francesa, de Irene Nemirosky, sin olvidar nunca El Diario de Ana Frank), debieran ser de obligada lectura para nuestros estudiantes. Ha habido, y me temo que sigue habiendo, acontecimientos en la Historia que no deben, ni pueden, olvidarse y sobre los que no conviene dejar de cavilar. ¿Irrepetibles?. Permítanme que lo dude. Vean, además, las nacionalidades de los verdugos: no todos, ni mucho menos, eran del mismo país. En fin, dolor, dolor y dolor. Léanlo y háganlo leer.
hace 4 meses