El Evangelio de Judas se descubrió en los 70 del pasado siglo y ha tardado cerca de 30 años en llegar al dominio público y al análisis crítico. El renombrado erudito bíblico y obispo de Durham (Inglaterra) Tom Wright, dirige su atención hacia este fascinante manuscrito. Wright se pregunta qué nos dice el texto acerca del antiguo gnosticismo y del moderno entusiasmo por retomar el contacto con este movimiento.
¿Se puede afirmar que este excepcional documento ha desvelado, con una claridad no exenta de la máxima crudeza, aquello en lo que creían los gnósticos? ¿Y por qué razón algunos de los más grandes autores dentro del ámbito de los primeros cristianos rechazaron con pasión el mensaje alternativo que aducían estas personas? Sin dejar de reconocer que se trata de un hallazgo arqueológico del máximo interés, Tom Wright sostiene que el Evangelio de Judas no nos dice nada del Jesucristo real ni del Judas real. Por el contrario, el entusiasmo con el que algunos lo han acogido habla más bien de la infructuosa búsqueda de un Jesús alternativo y demás supuestos sensacionalistas como los analizados en El código Da Vinci de Dan Brown.
El estudio de este antiguo escrito ha convencido a Wright de que el texto deja al descubierto, de una forma más llamativa de lo que jamás se haya conocido antes, la quiebra definitiva de la visión del mundo que pretende poner de relieve. El Evangelio de Judas también revela, por contraste, la irresistible y atractiva naturaleza de la verdadera fe cristiana tal como se desprende del Nuevo Testamento: la fe por la que padecieron y murieron quienes se opusieron a los gnósticos del siglo II de nuestra era cristiana.