Un ensayo profundo y meticuloso que permite desentrañar el funcionamiento del mundo del arte actual, a partir de un análisis de sus componentes y actores principales. Cauquelin comienza por situar su análisis en el periodo de la modernidad, que comprende desde 1850 hasta los primeros años del siglo XX, cuando la aparición de las vanguardias modifica la relación entre los artistas, el público, las obras y el sistema crítico. Sorpresa, admiración, desconcierto, rechazo, e incluso risa: las reacciones del público frente a las exposiciones de arte contemporáneo difieren por completo de lo que ocurría antes. No solo cambian los criterios de validación y el estatus de artístico asignado a una obra, sino que el mercado del arte y los medios de comunicación juegan un papel decisivo en la construcción del prestigio de un artista. En un mundo donde la disrupción es la regla y el escándalo un valor estético, Cauquelin se plantea cómo interpretar las nuevas creaciones que interpelan los criterios dominantes de valoración. En ese sentido, analiza los orígenes históricos del arte contemporáneo, a partir de las obras revolucionarias de Marcel Duchamp, Andy Warhol y el marchant Leo Castelli, a quien se le atribuye el origen de las galerías de arte tal como las conocemos hoy.