«Éste es mi nombre» es uno de los tres grandes poemas que conforman y que da nombre a este libro de Adonis. Los otros dos que le acompañan son «Prólogo a la historia de los Reyes de Taifas» y «Epitafio para Nueva York». Corresponden a su periodo de la interpretación poética-crítica de la historia árabe actual. A través de técnicas experimentales y surrealistas, Adonis busca una renovación de la poesía árabe por medio de abordar la tradición a través de una lectura actualizada. En «Éste es mi nombre» se abre paso a una escritura claramente ideológica y crítica, marcada por referencias temporales al presente inmediato, inflexión y reflejo literario del desastre de junio de 1967, cuando Israel invadió los territorios palestinos y parte de Egipto, Líbano y Siria. Son textos torrenciales que combinan los versos con una prosa escandida y atropellada, sin apenas puntuación, forzando al lector a percibir como un todo lo lingüístico y lo sonoro, las imágenes, metáforas e ideas que se desprenden de las meras palabras. En «Epitafio para Nueva York» nos encontramos con una detenida lectura de Poeta en Nueva York con la voluntad consciente de rescatar determinadas reminiscencias de las imágenes lorquianas. Pero ya no estamos en los años treinta, sino en los setenta, y el hilo «argumental» del poema se desliza por el ojo de una aguja que avizora un campo espacio-temporal de oposiciones dialécticas. Al violento dominio imperial simbolizado por Nueva York se oponen los núcleos de resistencia de aquellos años: Palestina y Vietnam. El Estados Unidos de Whitman y Lincoln se opone al de Nixon. Las calles y distritos del poder económico, de las multinacionales y de la alta burguesía –Wall Street, Quinta Avenida–, se enfrentan a los barrios marginales –Harlem, Greenwich Village–, que el poeta convierte en depositarios y testigos del futuro.