Dividido El paseo de los sueños en varios capítulos, cada uno de ellos es introducido por un dibujo de corte onírico y romántico que representan diversas escenas de cuentos clásicos: la intención de esta novelita gráfica es esa, evocar la atmósfera de ensueño que poseen los cuentos, narrándonos una historia límpida y amable. Descubrimos a dos desconocidos a quienes una extraña patología de sonambulismo les reúne en la cama de ella. Varias veces, y a pesar de estar la puerta cerrada. Esta patología, mientras indagan en sus causas y efecto, va contagiándose al resto de la ciudad, que pronto empezará a caminar dormido por los tejados de las casas. Y en este ambiente de sueño y fantasía, se desarrolla el romance entre esa pareja unida por la extraña enfermedad. Es una historia muy suave y agradable de leer, que recupera las sensaciones de las historias sencillas, del placer de embarcarnos en una historia que juega con el sueño —el de los protagonistas, y la ensoñación que quiere conseguir de sus lectores—, y que deja clara la destreza al guión de Zidrou. Pero lo mejor de todo es el grafismo de Mai Egurza, que eleva el preciosismo de la historia a cotas altísimas, haciendo de ella una auténtica delicia. Como su protagonista, una chica bajita y regordeta, de origen asiático, a quien los trazos de Egurza hacen tremendamente atractiva. Como el resto del dibujo. (Carlos Cruz, 26 de junio de 2015)
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