La relectura permanente de los textos antiguos llevada a cabo por Vidal-Naquet se centra en este ensayo en las grandes tragedias griegas, consideradas como un fenómeno indisolublemente social, estético y psicológico, para mostrar, tras un análisis estructural, que un relato histórico no es nunca unívoco y que su lectura evoluciona a lo largo de los siglos en función de las preocupaciones ideológicas y políticas de cada época.