Es un cuaderno, en efecto, de andanzas de un joven desorientado. Se lee con agrado aunque no entiendo las razones por las cuales el libro es recuperado 200 años después de su edición original...
hace 7 añosDefinido por Italo Calvino como «uno de los libros de memorias más divertidos que he leído, la novela que, cuando fui joven, y si hubiera sido ciudadano de otro siglo, me habría gustado vivir y escribir». Lo hizo, para Calvino y para nosotros, uno de los grandes autores franceses de finales del XVIII y comienzos del XIX, un hombre lleno de fértiles contradicciones: el cáustico, sentimental, descreído y apasionado Benjamin Constant. Estas memorias suyas de juventud recorren media Europa y media vida: sus amigos, sus amores, sus deudas, sus duelos... Un joven que se envenena a sí mismo para aparentar una pasión, un muchacho que contraría a su padre a pesar de la devoción que siente por él, un hombre que dibuja a la perfección los personajes con quienes se relaciona. De Lausana a París, de Calais a Edimburgo. En una etapa histórica llena de cambios.
Es un cuaderno, en efecto, de andanzas de un joven desorientado. Se lee con agrado aunque no entiendo las razones por las cuales el libro es recuperado 200 años después de su edición original...
hace 7 años