Érase una vez la Gran Madre Cabra, que estaba a punto de ir al supermercado. Dijo a sus hijos: «,No abráis esa puerta a nadie. Si lo hacéis, es probable que el Lobo Feroz entre y os coma a todos»,. «,¡Yo le daré una patada en la pierna!»,, gritó el más pequeño.