No soy muy dada a leer poesía, aunque últimamente el azar parece empeñado en colocar poemarios entre mis lecturas y los estoy disfrutando. Pero es un género que me cuesta comentar, me parece muy personal y subjetivo, y a veces de difícil interpretación.
Respecto a “Canto a mí mismo” debo decir que me ha sorprendido muy gratamente, pues es un autor al que miraba con cierto respeto y en cambio su lectura ha sido, además de placentera, mucho más sencilla de lo que temía (quizá por el uso del verso libre).
La edición que he leído está traducida y prologada por León Felipe. El prólogo lo componen nueve poemas de León Felipe que por sí solos son una pequeña joya que nos adelanta lo que vendrá. Y dice sobre esta obra: “El ‘Canto a mí mismo’ es el momento más luminoso de Walt y en él están contenidos su doctrina y su mensaje. (...) Pero el ‘Canto a mí mismo’ (‘Song of Myself’) es su gran poema polifónico. / Es una sinfonía donde no falta ningún instrumento, ninguna voz, / ningún paisaje...”
Cito de la contraportada: “‘Canto a mí mismo’ es un canto a la libertad, un canto a la naturaleza y a sus fuerzas vitales”. Palabras con las que coincido plenamente. Walt Whitman me parece un autor apasionado y sensible cuyo “canto” es un homenaje a la naturaleza, a la vida, al hombre de la calle, al ser humano en su totalidad... Su bellísimo poema toca la fibra y habla directamente al corazón del lector, es espiritual y reflexivo a la vez. Su poesía es vitalista, esperanzadora, una avalancha de sentimiento.
Me ha gustado muchísimo, una lectura soberbia para ir degustando a pequeños sorbos. Espero releerlo en un futuro no muy lejano.