La expresión Bushido (en castellano, el camino del guerrero) alude en su origen al código ético o de honor de los samuráis que florecieron en el Japón feudal y que, tras la restauración Meiji de 1868, continuó renovándose hasta constituir una importante fuerza cultural cuya impronta determinó en buena medida la creación del Japón moderno. El Bushido, sin embargo, carecía de textos que permitieran su comprensión para los extranjeros, y fue precisamente este vacío el que pretendió llenar el diplomático y educador japonés Inazo Nitobe (1862–1933) con el presente libro que, cien años después de su publicación, se ha convertido en una de las mejores introducciones tanto al estudio de la tradición caballeresca del País del Sol Naciente en particular, como de la mentalidad japonesa en general. Escrita en un excelente inglés victoriano, la obra se compone de un conjunto de ensayos elaborados de forma que los argumentos expuestos en cada uno de ellos puedan compararse con sus equivalentes europeos, y así Nitobe profundiza en ciertos aspectos del budismo, el shintoísmo y el confucianismo buscando similitudes y contrastes con el pensamiento filosófico de los clásicos griegos o romanos, por ejemplo, o con las tradiciones bíblicas, para ofrecer, en suma, un brillante trabajo de síntesis que exigió a Nitobe el despliegue de sus eruditos conocimientos sobre cultura occidental. Con este libro, el autor vio cumplido su deseo de servir "de puente entre Oriente y Occidente, y su lectura aporta aún hoy elementos imprescindibles para el conocimiento mutuo de ambas culturas, así como un mensaje básico para cualquier artista marcial que valore y desee conocer de primera mano los ideales del samurái.