Sensación extraña la que me deja mi segundo viaje a Carnival Falls. La novela empieza creando una atmosfera muy inquietante al convertir a un niño muy disgustado con su madre en una especie de ente siniestro que espía a su familia desde el altillo de su casa. Tras crear esta sensación de desasosiego, la historia relata los “trapos sucios” de familia, la relación del padre con el violento abuelo, de los padres entre sí, de la insoportable madre de carácter difícil con sus hijos, de la hija adolescente con su novio, del amigo incondicional de la familia con su ligue… el ambiente inquietante que se ha creado empieza a perder fuerza. Y de repente, hacia el último cuarto del libro se convierte en una novela de terror con tintes casi gore y el argumento empieza a rizarse sobre sí mismo hasta un final que la verdad no sé si ha llegado a convencerme pero desde luego me ha sorprendido. Curioso y a veces desconcertante el estilo de este escritor, la verdad es que aunque no consiguió sumergirme del todo en la historia, me pasé casi toda la novela pensando cómo es posible que un niño de 9 años esté enfadado durante tanto tiempo sin salir llorando y arrepentido del escondite, sí que me tuvo pegada a las páginas, a veces hasta bien pasada la hora de coger el sueño. Hay que leerlo aunque sea para juzgar por uno mismo.
hace 8 años
4
-3