Ambientada en la época Victoriana, la historia se desarrolla en Nueva Zelanda, perteneciente en aquel tiempo a la Corona Británica. La novela narra las peripecias de dos jóvenes que recién empiezan su vida en esta estrenada nueva tierra, llena de oportunidades, y de cómo van construyendo su futuro con más o menos fortuna, tanto en lo material como en lo sentimental. Realmente te haces una idea de cómo se vivía en aquella época, y te sumerges en los grandiosos paisajes neozelandeses.
La novela en líneas generales está bastante bien, es muy entretenida a pesar de sus mas de 700 páginas. Quizás el punto más débil del libro lo encontramos en las extensas descripciones que la autora hace de la manera de ganarse la vida en las grandes granjas ovinas, donde se desarrolla la mayor parte de la acción.
Muy recomendable, con el sabor de las mejores novelas de intrigas familiares de Ken Follet, pero quizás con un ritmo menos trepidante. (M.T.G.)