Resumen

La importancia de Hipólito Yrigoyen en la vida argentina no radica solamente en haber sido el principal artífice de un movimiento popular de perdurable vigencia o en haber logrado la consagración presidencial en 1916 y 1928. Reside, más bien, en una acción fundada en principios éticos que se tradujeron en estrategias tan arduas como las que llevaron a su partido a la intransigencia, la abstención y la revolución en algún monento de su trayectoria, y las que promovieron actos de gobierno modificatorios de la tradicional orientación del Estado en lo económico, lo social, lo cultural y lo internacional.