Lea tiene 19 años, un ardor en la tripa y una vida entera en un pueblo con cuatro calles, una iglesia, un ultramarinos y un bosque que nunca ha cruzado. Sentada a la sombra, ve aparecer un señor que ha perdido a su perro y, en lo que dura un cigarrillo con hierba, le cuenta por qué ayer se acabó el...