Segundo libro de la biología, deja que ocurra. Leah y Axel, después de que en el final de la primera parte se separaran, al comienzo de está, están separados después hace tres años. Cada uno tiene su vida por separado, pero el destino y la pintura les volverán a unir. Lo único que puedo decir que es algo cansino, es el constante tira y afloja, repetitivo que hay entre ambos. Como en la primera parte, la historia engancha, con capítulos cortos, muy fresco, fácil de leer. Me encantó, lo recomiendo.
hace 2 años