Florita es la típica señorita española de finales del siglo XIX dedicada a su casa. Sin embargo, un buen día decide emanciparse y probar suerte en el mundo laboral. Consigue un puesto de trabajo en un local de la administración pública, sórdido y machista. Esta sublime decisión provoca el enredo y el desconcierto en el ambiente de la época, creando situaciones divertidas. Finalmente, otras mujeres se unirán a ella y se abre una ventanilla pública atendida exclusivamente por señoras.