En este libro de poemas Lola Mascarell regresa a los lugares de siempre (la casa, la montaña, el bosque, la naturaleza, la infancia) con una mirada nueva: la mirada de quien ha visto su cuerpo modificarse al compás de la transformación del mundo. Retoma así el pulso de los poemas recogidos en Un vaso de agua: la búsqueda de la claridad expresiva para dar cuenta de la sencillez del mundo. Un mundo plácido, donde todo está unido, donde las cosas suceden en su cotidianidad más desnuda, donde el amor doméstico, la mirada serena y la aceptación del paso del tiempo se entrelazan. También la reflexión poética: buscar la poesía que hay en cualquier parte por si logra su luz atenuar las sombras de los tiempos difíciles.