Esta segunda entrega (o primera, depende el punto de vista) de la serie Cazadores Oscuros pierde intensidad en lo romántico respecto de su antecesora, no así en el erotismo de la historia. Donde gana con creces es en la creación de un enorme entorno mítico y sobrenatural que rodea la existencia de estos antihéroes inmortales. Se nota un trabajo más sólido por parte de la autora, sin que por ello deje de ser una novela que se devora muy rápidamente. Entretenidísima, igual que la anterior.
hace 13 años