He leído (por fin) “Pastoral Americana”, la novela con la que Philip Roth ganó el prestigioso Premio Pulitzer en 1997, bien merecido porque es un novelón.
Con una prosa impecable, fluída, profunda e incisiva, Roth nos hace un retrato costumbrista que recrea con perfección aspectos de la vida americana, mientras que capa a capa, con magníficos diálogos, descripciones e introspecciones, va desmenuzando el interior desgarrado de su protagonista, Seymour Levov (“El Sueco”).
“El Sueco”, un muchacho atractivo y deportista de éxito, es hijo de emigrantes judíos de tercera generación, que de la nada, con trabajo y esfuerzo han levantado un productivo negocio que él dirige con entrega. Casado con una bella ex Miss, de origen irlandés y amante padre de una hija un poco especial, lleva una placentera vida que representa “el sueño americano”, hasta que los acontecimientos económicos y sociales de la segunda mitad de los años 60 (huelgas, revueltas, guerra del Vietnam…) suponen un cambio generacional y de valores que influyen en un terrible acontecimiento familiar que hará derrumbarse estrepitosamente todo lo que le rodea.
En ese momento la narración se llena de sentimientos encontrados. El amor por su hija es un tema constante; la necesidad de comprenderla y su lucha por recuperarla, lo lleva a cuestionar la validez de la familia, que durante generaciones ha sido su eje, y las dudas y la incertidumbre que corroen a este hombre torturado, que se pregunta incrédulo “¿por qué?” van descubriéndonos a un personaje conmovedor, honesto, y profundamente ético, que se debate constantemente entre sus propias convicciones, el horror de los acontecimientos y el amor incondicional.
Me ha gustado muchísimo.
hace 9 años
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