Al leer estos textos de Escrivá de Balaguer, recogidos por José Pedro Manglano y acompañados de breves pinceladas biográficas, cae uno en la cuenta de que también está desarrollando su diálogo con Dios. Porque no hay nada más sencillo para el hombre, nada más normal, que la oración. Somos hijos de Dios y llevamos esta condición en la sangre: cuando quizás menos lo esperamos, sale a relucir y acaba encontrando expresión en pensamientos y palabras que son oración.