La historia toma como punto de partida una rebelión maya contra los terratenientes blancos en la región de Chiapas, sus orígenes y sus funestas consecuencias. A la manera de los murales de Diego Rivera, Castellanos entreteje múltiples perspectivas, personajes y tramas. Un brillante tour de force en el que la corrupción, la idolatría, la violencia y el terror a lo desconocido se conjuran para conducirnos al desenlace, devastador e inexorable. Castellanos captura las ambigüedades latentes en toda lucha por el poder y nos ofrece una crónica de la decadencia moral de la sociedad caciquil. Su visión del mundo —contundente y descarnada— muestra cómo la miseria y la ignorancia corrompen y finalmente destruyen a las personas.