El libro publicado por primera vez en 1824, es una obra maestra que reúne los mejores ingredientes de la novela gótica, la intriga y el estudio de la mente de los personajes. Hogg concibió esta novela metafísica de manera que fuese tomada por una historia real, y llegó a incluirse a sí mismo como personaje secundario en esta caja de sorpresas narrativa. La composición de la novela es realmente moderna, pues aparece primero el relato del editor, un observador supuestamente objetivo, y después las memorias del protagonista, confesiones que son un ejemplo de estudio psicológico de un asesino.