Es evidente que el manejo del lenguaje de A.M. Matute es impecable. Leyendo su biografía captas al instante que Sol y ella tienen un reflejo innegable . Me recomendación es leerlo cuando nuestro estado de ánimo esté en efervescencia, de lo contrario podemos caer en un decadente pesimismo que nos aplaste y necesitemos que alguien nos arranque el libro de las manos y nos lleve a tomar unas cervezas. Personajes atormentados, con una frustración axfisiante donde el odio campa a sus anchas. Una Barcelona sin luz y cubierta de tinieblas y temores. La novela transita en los márgenes de lo ideológico para centrarse en el dolor y la necesidad que no entiende de banderas ni proclamas. Es precisamente ese aplastante y perpetuo sufrimiento el que nos impide llegar a empatizar y acoger de la mano a unos personajes atormentados, carentes de brillo en sus ojos. 7-10
hace 2 meses