Presentada por algunos como la obra que cambió los cánones de la novela negra norteamericana, el tráfico de armas entre bandas y los ajustes de cuentas centran las situaciones de esta novela. En el prólogo, Dennis Lehanne señala que la jerga de los diálogos constituye el principal aliciente de “Los amigos de Eddie Coyle”. Si bien cabe destacar momentos aislados de ingenio, la ausencia de hilo narrativo, ambientación y estilo de escritura, hacen de esta novela una obra de muy difícil lectura no por su densidad, sino por su carencia total de esos aspectos. Si el thriller tiene el aliciente de primar el argumento sobre el estilo, el lector que busque despejarse con una historia adictiva que ayude a evadir la mente sin pretensiones literarias, ni siquiera encontrará aquí eso. www.antoniocanogomez.wordpress.com

Muy buena, amena y rápida de leer.

Está muy bien escrito con un estilo muy personal, casi todo a base de diálogos por lo que es ritmo es rapidísimo, a veces es difícil de seguir por los cambios bruscos de escenario y de personajes: Cada capítulo es una escena que no suele tener continuidad lo que hace que la trama parezca construida como “de retales” , también me ha resultado lioso porque hay demasiados nombres. Sería un hito en su tiempo pero a mi me ha resultado demasiado plano, soso, lineal...sin intriga. La historia no ha logrado engancharme, a la mitad empezó a aburrirme y el final me ha parecido precipitado .

Es muy fresco, muy vivo, muy real. De ritmo ágil y lleno de vértigo. Retrata francamente bien ese submundo bostoniano de mafiosetes, policías, soplones y delincuentes de poca monta. Los diálogos son, sin duda, de lo más sobresaliente; ya que rebosan mordacidad, causticidad y realismo por los cuatro costados.

Parece más bien el guión del episodio de una serie policíaca. Cada capítulo, una secuencia. Redacción milimétrica, diálogos ásperos y realistas, ritmo y estructura convenientes. Una buena novela negra.