Al abrir el libro estás abriendo una puerta que lleva a una habitación con otra puerta que conduce a otra habitación diferente -o quizás no tanto- en la que también hay una puerta. Puede que llegue un momento en el que no sepas si al abrir la última puerta has vuelto a la habitación del principio o a una habitación nueva muy similar, pero lo que sí que os aseguro es que todas las habitaciones están llenas de poesía, magia, sentimiento, amor y una luz muy potente (tan potente como la de un faro enorme) que os guiará -acompañada de la voz de Jeanette Winterson- por este laberinto para que no os perdáis en él y para que os sintáis un poquito menos solos durante el camino. Al final no querrás salir de él.

Este es un libro mágico donde hay historias dentro de las historias, con personajes entrañables como el farero Pew y la pequeña Silver, que nacio inclinada y despues de quedar huérfana se va a viviir con el viejo marinero descubriendo asi todo un mundo pintado de palabras y se descubre ella misma. Winterson es una escritora que cada vez me entusiasma más, aun tengo un libro pendiente en mi estanteria y no tardare en llevarlo a la mesilla, me alegra haberla descubierto el año pasado con su autobiografía, la recomiendo muchisimo.

Acabo de leer la novela, no me ha entusiasmado, aunque tiene momentos poéticos, esas frases de Pew y de Silver que encierran toda una filosofía de vida.. Es una historia peculiar, por diferente, parece que se cuente una historia, de unos personajes, pero la que se cuenta es otra y de otros personajes. O la de todos los personajes que en el mundo han sido y son… y somos. No es un libro asequible, hay que fluir con él y dejarte llevar, la tendencia a la racionalidad y a la estructura que nos ayuda como lector resulta un estorbo en este caso.