En 1894, habiendo creado ya a Sherlock Holmes y cimentado su fama como escritor, Arthur Conan Doyle quiso rendir un homenaje a su antigua vocación de médico y publicó "La lámpara roja", una colección de relatos, algunos reales, otros ficticios, en torno al ejercicio de la medicina. Hay entre ellos recuerdos de antiguos médicos desfasados, de la angustia del estudiante en la primera operación de cirugía que debe presenciar, de las dificultades de los comienzos profesionales, de casos misteriosos, extraordinarios, ridículos o trágicos. Pero también se reconoce limpiamente en algunos de estos relatos al autor de Sherlock. Holmes