Siento que no terminé de conectar con la autora, no es que la temática no me parezca interesante o que la prosa sea mala, pero no terminé de conectar con los cuentos ni con los personajes, no sentí que las historias me atraparan o que lograra empatizar con los protagonistas. Son una rara mezcla de terror físico con terror psicológico, algunos un tanto grotescos, de los que sólo rescato los siguientes: La glándula de Ícaro (que da nombre al libro), Siti y El parásito. El resto no me terminó de convencer, y el último (Spoki) se me hizo realmente muy pesado para terminar de leer.
hace 3 años