Esta antología reúne una serie de pequeñas historias cargadas de guiños de dolor, humor, crueldad, amor y desvarío. Son un conjunto de relatos para pasar el rato. Pero en un orden superior al simple relato, son la plasmación del espíritu y la filosofía del aquí y ahora; del aburrimiento y la inconveniencia; del perpetuo e incómodo estar sobre la cuerda floja de las emociones y las sensaciones; son la plasmación de la vida y de la muerte en estado sólido, líquido y gaseoso. Son un lujoso capricho punk. Sus autores, a pesar de su juventud, con la sabiduría ganada en batallas donde mutilaron su inocencia y luchando contra el pertinaz apoltronamiento, despliegan con su lenguaje una suerte de ruptura con todo, un sinsentido que brinda gran fuerza literaria a cada relato. En Nostalgia geométrica del caos, Rafael Gonzalo Verdugo dice, «Para Octavio Paz la cultura no son los grandes ríos, sino las aguas subterráneas y sus vasos comunicantes», pues he aquí una muestra de esa cultura subyacente en las historias de estos siete autores, que nos invitan tanto a tirarnos al barro más denso y oscuro, como a volar alto por un cielo pleno de horizontes incandescentes y crepusculares, llenos de ácrata poesía y fiera rotundidad.