Para adentrarse en los mundos creados por Ende, la razón, los mapas y la brújula deben guardarse en la mochila; no hay artilugio que nos oriente, la premisa es cerrar los ojos. Así, casi en duermevela, escuchando el cuento que Jojo narra a Eli, el lector puede pasear por tierras fantásticas de espejos parlanchines y arañas malvadas. Y al regresar, casi sin querer, habrá aprendido que no debe renunciar al amor, a un sueño, a ser libre. Michael Ende (Alemania, 1929-1995) parte de la historia de un circo, y desde su realidad, tan triste como las de sus integrantes, nos conduce a otra dimensión, a un espacio onírico donde Jojo y Eli se transforman y donde abundan profundas reflexiones y bellas enseñanzas en torno a la naturaleza humana.
hace 9 años