El narrador cuenta en primera persona una historia de 20 años, desde su llegada a Madrid a principios de los sesenta hasta la subida de los socialistas al poder en 1982. Es la crónica de una fascinación, la juventud perdida, los cambios sociales, los nuevos amores, la frustración perdida y en definitiva, la melancolía del paso del tiempo en torno a una mansión derruida.