En abril de 1988, un mes antes de que Kinsey Millhone cumpla treinta y ocho años, un joven llamado Michel Sutton y con pinta de no haber matado una mosca acude a la investigadora para hablarle de un antiguo caso jamás resuelto. Más de dos décadas atrás, en 1967, una niña de cuatro años fue secuestra...