Buena novela en su conjunto, agradable y entrañable en algunos momentos de su vida cotidiana, cuando el protagonista vive con su buena familia en un pueblo de granjeros, todos amigos y siempre dispuestos a colaborar con sus vecinos en lo que fuera preciso, pero es precisamente donde no se encuentra en su sitio y aprovecha, por un lado, que su mujer es más una monja baptista que quiere arreglar el mundo a su manera, algo muy propio de la juventud, que una posible madre de familia, y por otro lado decide volar alistándose voluntario a la Gran Guerra y también precisamente es la parte de la novela que ya me ha resultado algo cansina. Quizás porque estoy viendo amplios reportajes de la Guerra y hay casos en los que me gusta ver la realidad no novelada.
hace 10 años