A veces el amor llega cuando no lo esperas.
Cuando crees que no podrás amar nunca más.
Cuando piensas que no es el momento adecuado.
Pero eso es lo bonito del amor, que no avisa.
Gabriela está enamorada, pero de repente todo se rompe en mil pedazos. El dolor, la culpa, y los recuerdos la persiguen, y acude a sus amigas, que son su mejor refugio. Parece que nada la deja avanzar, hasta que un día aparece un rayo de luz en su vida.
Bruno huye de una relación complicada y no quiere saber nada del amor. Se ha repetido un millón de veces que no caerá de nuevo en el mismo error, pero uno no puede elegir cuándo enamorarse.
Todo es más simple de lo que parece, por eso mismo a veces un «te quiero» a destiempo es lo que necesitamos.